Alcázar de los Reyes Cristianos
El Alcázar cordobés, fortaleza y palacio de sólidos muros, encierra en su interior gran parte de la evolución arquitectónica cordobesa. Restos romanos y visigodos conviven con los de origen árabe en este majestuoso solar, ya que fue lugar predilecto de los distintos gobernantes de la ciudad.
Además de constituir un resumen de la historia de Córdoba, el Alcázar de los Reyes Cristianos es un escenario donde se gestaron episodios capitales de la historia de España. El edificio actual fue ordenado construir por Alfonso XI en 1328. Desde 1236, año de la conquista cristiana de la ciudad por parte de Fernando III, había sido residencia real. En época romana tuvo el carácter de fortaleza, beneficiado por su privilegiada ubicación a orillas del río Guadalquivir, y en el periodo de la presencia musulmana formó parte del conjunto de edificios que constituían el alcázar omeya. A lo largo de su historia ha desempeñado funciones muy diversas: en la Edad Moderna fue sede de la Inquisición, desde 1822 hasta 1931 fue cárcel y posteriormente acogió instalaciones militares hasta su cesión al Ayuntamiento de Córdoba en 1955.
El Alcázar es un complejo defensivo que se aleja de los cánones tipológicos de las fortalezas árabes, un hito constructivo de la arquitectura militar de la Reconquista cristiana en Córdoba. Durante diez años, desde este espacio se organizó la estrategia de la conquista del reino de Granada, por lo que los Reyes Católicos pasaron diversos periodos en él. De hecho, aquí nació una de sus hijas, la infanta María, futura reina de Portugal, y se desarrollaron las conversaciones con Cristóbal Colón previas a su primer viaje a América.
El Alcázar forma un recinto casi cuadrado con sus vértices protegidos por torres. Alfonso XI quiso crear una unidad arquitectónica perfecta que remitiera al arte gótico europeo en una ciudad que durante siglos había estado sometida al poder musulmán, realizando un castillo-palacio antagónico a la cercana Mezquita. Entre sus torres, la principal, situada al noreste, es la del Homenaje, llamada así porque era el lugar en el que se juraba defender la fortaleza y en el que se hacían las proclamaciones de los reyes. En el piso superior está la estancia principal o salón de recibo, que presenta bóveda con nervios que descansan sobre capiteles labrados con motivos vegetales de influencia francesa. Bajo ella se encuentra el aljibe o cisterna que suministraba el agua a los baños reales. Coronada con almenas rematadas en prismas como las del resto del edificio, junto a ella se ubica una pequeña torre más elevada, con balcones y tejado a cuatro aguas, donde los condenados a muerte por la Inquisición eran ahorcados ante el pueblo.
Al noroeste se sitúa la Torre del León, acceso principal al Campo Santo de los Mártires. Es la más arcaica del conjunto, de sección cuadrada, con dos plantas y anchas fajas de tipo almohade. En sus cuatro caras exteriores se remata con terrazas y almenas. En su interior, ambas plantas están cubiertas por esbeltas bóvedas de crucería con arcos apuntados y nervios moldurados en piedra de Córdoba. La torre debe su nombre a una de las gárgolas que conserva en el piso superior.
La Torre de la Inquisición o de los Jardines está situada al suroeste y es posterior a las anteriores y de planta circular. En el exterior presenta sillares a soga y tizón, coronándose con un cuerpo octogonal prismático de ladrillo. Interiormente tiene tres plantas con estancias cubiertas con cúpulas de media naranja. Este torreón sirvió de archivo durante siglos. Parte de su interior alberga el Patio Morisco, ejemplo de planta netamente musulmana de sección rectangular. Un zócalo de estuco, con dibujos de castillos y leones y lacerías árabes, recorría parte de sus muros.
Las tres torres se comunican entre sí por adarves protegidos por almenas o prismas de sillares de piedra y vanos intermedios. De la cuarta torre no queda más referencia que la que proporcionan antiguos grabados. Se llamaba originalmente Torre de la Paloma o de la Vela.
En la planta interior, adosados al muro norte del edificio y bajo el Salón de los Mosaicos, se encuentran las termas o salas dedicadas a los baños del rey, posiblemente de la época de Alfonso XI. Se accede por un pequeño patio hacia la zona de vestuario y en las tres salas siguientes se suceden consecutivamente los procesos termales tradicionales de origen romano recogidos por los musulmanes: la sala fría, la templada y la de vapor y aguas calientes, junto a una zona contigua en la que estaban el horno y la caldera para el agua caliente, que transcurría por conductos de arcilla cocida a través del suelo y las paredes. Los muros son de duro tapial y se conserva parte del pavimento original con grandes losas de mármoles.
En el Alcázar pueden contemplarse piezas artísticas halladas en el subsuelo de la ciudad. Destaca la colección de mosaicos romanos que decoran las paredes de la antigua capilla de la Inquisición, realizada en el siglo XVIII y que actualmente se conoce como Salón de los Mosaicos, escenario de distintos actos municipales a lo largo del año. Este conjunto es un valioso exponente del arte musivario de los siglos II y III d. C. Encontrados en el subsuelo de la plaza de la Corredera en 1959, en las obras del mercado de abastos, proceden de una rica mansión romana y exhiben una sugerente variedad de motivos figurativos y geométricos, algunos de ellos de gran desarrollo en la cultura occidental como el de Polifemo y Galatea. También resulta relevante el gran sarcófago romano del siglo III d. C., cuyo motivo principal es la puerta de Hades o el más allá y que fue hallado en la Huerta de San Rafael en 1958.
La primitiva Huerta del Alcázar dio lugar a los jardines que el visitante puede contemplar hoy, y que ocupan aproximadamente 55.000 metros cuadrados. Especies de las más variadas plantas autóctonas, siempre dentro de la tradición del jardín árabe (palmeras, cipreses, naranjos, limoneros...), se alternan con fuentes y estanques, creando un espacio único y representativo de la cultura cordobesa. Los grandes estanques de la planta superior fueron realizados en el siglo XIX.
El Alcázar fue calificado Monumento Histórico en 1931 y está integrado en la zona declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994. Más información del Alcázar de los Reyes Cristianos en http://www.alcazardelosreyescristianos.cordoba.es/
Venta de entradas en https://museosdecordoba.sacatuentrada.es/es
Correo electrónico de contacto: museos@ayuncordoba.es
Más información sobre museos y monumentos de la ciudad en el sitio web del Instituto Municipal de Turismo de Córdoba (se abrirá en una nueva ventana).