Canción de San Rafael. Urban Sur

CANCION DE SAN RAFAEL

Letra: Federico García Lorca - Música: Santiago Baez

Interpreta: Coro de Opera de Córdoba

Federico García Lorca incluyó en su Romancero Gitano tres canciones dedicadas cada una de ellas a una ciudad andaluza, en la que a través de los arcángeles San Miguel, San Gabriel y San Rafael, evoca la esencia de cada una de ellas.
La de San Rafael, dedicada a Córdoba, nos describe las dos realidades que el río diferencia, situando al San Rafael del Puente como encuentro y unión de una y de otra. Certero el poeta, fue capaz de captar una realidad que aún hoy define a esta escultura, que los vecinos del distrito Sur interpretan como un símbolo de su identidad, y que el resto de la ciudad también entiende como una de sus señas incuestionables.
Por este motivo se ha seleccionado el poema de Federico para crear una pieza musical que se incorpore al patrimonio artístico de la Zona Urban Sur.
La musicación del poema se ha encomendado al compositor cordobés Santiago Baez. Así “Dos canciones a San Rafael”, está integrada por “Nocturno en el Guadalquivir” y “Barcarola de Media Luna” para coro mixto y acompañamiento de piano.

San Rafael (Córdoba)

Coches cerrados llegaban
a las villas de juncos
donde las ondas alisan
romano torso desnudo.
Coches, que el Guadalquivir
tiende en su cristal maduro,
entre láminas de flores
y resonancia de nublos.
Los niños tejen y cantan
el desengaño del mundo,
cerca de los viejos coches
perdidos en el nocturno.
Pero Córdoba no tiembla
bajo el misterio confuso,
pues si la sombra levanta
la arquitectura del humo,
un pie de mármol afirma
su casto fulgor enjuto.

Pétalos de lata débil
recaman los grises puros
de la brisa, desplegada
sobre los arcos de triunfo.
Y mientras el puente sopla
diez rumores de Neptuno,
vendedores de tabaco huyen
por el roto muro.

II

Un solo pez en el agua
que a las dos Córdobas junta:
Blanca Córdoba de juncos.
Córdoba de arquitectura.
Niños de cara impasible
en la villa se desnudan,
aprendices de Tobías
y Merlines de cintura,
para fastidiar al pez
en irónica pregunta
si quiere flores de vino
o saltos de media luna.
Pero el pez, que dora el agua
y los mármoles enluta,
les da lección y equilibrio
de solitaria columna.
El Arcángel aljamiado
de lentejuelas oscuras,
en el mitin de las ondas
buscaba rumor y cuna.Un solo pez en el agua.
Dos Córdobas de hermosura.
Córdoba quebrada en chorros.
Celeste Córdoba enjuta.